Las dextrinas cíclicas son un grupo de hidratos de carbono complejos formados por glucosa unida en estructuras cíclicas. Son oligosacáridos que se forman al descomponerse el almidón por la acción de enzimas como la amilasa. El representante más conocido de este grupo es la beta-ciclodextrina.
Estas estructuras únicas se caracterizan por su capacidad para formar complejos con otras moléculas, lo que hace que las dextrinas cíclicas sean aplicables en muchos campos. Se utilizan principalmente en la industria farmacéutica, donde sirven de portadores de fármacos, mejorando su estabilidad, solubilidad y biodisponibilidad. Además, gracias a sus propiedades aglutinantes, se utilizan en la tecnología alimentaria para estabilizar sabores y colores, así como en la industria cosmética para mejorar las fórmulas de los productos de cuidado.
Las dextrinas cíclicas se valoran por su baja toxicidad y buena tolerabilidad en el cuerpo humano, lo que amplía aún más sus aplicaciones potenciales.
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