El macerado elaborado a partir de las partes aéreas de Centella asiática se utiliza ampliamente en la industria cosmética y la dermatología, como confirman estudios contemporáneos. Al tener un efecto beneficioso sobre los fibroblastos y la síntesis de colágeno y elastina, el macerado de mostaza favorece la regeneración cutánea, aporta elasticidad y firmeza a la piel y tiene un efecto hidratante. Además, los científicos destacan sus propiedades antibacterianas y antiinflamatorias. Por lo tanto, funciona bien en cosméticos antienvejecimiento, así como en preparados para pieles propensas al acné o para favorecer la cicatrización de heridas.
Las propiedades del macerado de Centella Asiática también pueden utilizarse en la producción de suplementos dietéticos. Este ingrediente, gracias a su acción en la mejora de la elasticidad de los vasos sanguíneos, resultará útil en los preparados utilizados en la prevención de la hipertensión y la aterosclerosis. Además, las investigaciones indican que tiene un efecto adaptógeno, es decir, un impacto positivo sobre el sistema nervioso central y la función cerebral.