El uso más común y estándar del ácido succínico es como regulador del pH y potenciador del metabolismo celular en suplementos dietéticos y como sustancia activa con propiedades antiinflamatorias y antibacterianas en cosméticos para pieles problemáticas.
En la práctica:
En suplementos dietéticos, favorece el ciclo de Krebs y mejora la utilización del oxígeno y la energía en las células, lo que se traduce en una mayor vitalidad y resistencia al estrés oxidativo.
En cosmética, especialmente para pieles propensas al acné, grasas o maduras, ayuda a reducir la inflamación, favorece la regeneración cutánea y tiene un efecto exfoliante para mejorar la textura y el tono de la piel.
También es un conservante suave y un agente tampón, por lo que a menudo aparece como ingrediente para favorecer la vida útil y la estabilidad de los preparados.