El aceite de bergamota se utiliza en la lucha contra el estrés y el insomnio. Tiene un fuerte efecto relajante y mejora el estado de ánimo. Se utiliza a menudo en aromaterapia, tanto en difusores como en chimeneas aromáticas. Cuando se inhala, estimula el sistema límbico del cerebro, responsable de regular las emociones, ayudando a reducir los niveles de estrés y a mejorar el estado de ánimo. Gracias a la presencia de ingredientes como el limoneno y el acetato de linalilo, el aceite de bergamota tiene efectos antiespasmódicos y analgésicos. Puede utilizarse como aditivo en cosméticos destinados a pieles grasas y propensas al acné.
Aplicación:
- como aditivo para el baño
- en masajes de relajación
- para aromaterapia
- como aditivo cosmético
El aceite de bergamota, por su contenido en bergapteno, es fototóxico. Tras su aplicación sobre la piel, se recomienda evitar la exposición al sol durante al menos 12 horas para prevenir irritaciones y quemaduras. Antes de la primera aplicación, se recomienda realizar una prueba de sensibilización diluyendo unas gotas del aceite en un aceite base y aplicándolo en una pequeña zona de la piel.