El Acetil Hexapéptido-8, como el Botox, es un inhibidor de los neurotransmisores: reduce la producción de acetilcolina, lo que provoca la detención de las contracciones y la parálisis de determinados músculos faciales. En consecuencia, reduce la formación de nuevas arrugas y la profundización de las ya existentes en la piel. Sin embargo, su acción, a diferencia del Botox, no es invasiva – el Acetil Hexapéptido-8 tiene la capacidad de penetrar profundamente en la piel y, en lugar de inyecciones, puede utilizarse en forma de dermocosméticos (normalmente cremas con una concentración del 10%). El uso del Acetil Hexapéptido-8 también está respaldado por su seguridad y falta de toxicidad.
Por lo tanto, es una gran alternativa para las personas que buscan un método no invasivo, seguro e indoloro para combatir la aparición de arrugas en la piel. Por desgracia, los efectos conseguidos no son duraderos y los cosméticos con acetil hexapéptido-8 deben utilizarse a diario o cada pocos días.